Irma




A Irma le hacían un brushing, mientras yo esperaba que me corten el pelo.

Irma:
…y yo le dije a Quito: “quiero ser tu manager... Así te consigo entrevista con alguno del Cable Visión y los hago ganar un poco de plata”. Quito tiene la manía de no cobrar, de trabajar como un albañil sin que le paguen un peso. Quito es un pibe mal aprovechado, todo el mundo sabe lo de la droga… yo no me avergüenzo.

Irma hizo un silencio mientras el brushing sigue furioso sobre su pelo. Luego de unos instantes retoma.

Irma:
El padre ni siquiera lo llevó al parque a jugar a la pelota … Iba yo como una retrasada mental a patearle el penal… Pobre Quito… Yo le pateaba la pelota y los amiguitos se reían colgados de un árbol, no me olvido más. Todo el mundo me dice: “Irma que piernas que tenés, que zapatos que usás”… Y sí, que te voy a mentir: yo uso zapato taco alto de quince centímetros y muestro las piernas porque puedo… O mejor dicho, porque patié pelotas de fútbol hasta que mi hijo entró en la droga. Yo ya tengo casi 65 pirulos, a mí no me molesta decir la edad…

Irma vuelve a hacer un silencio. Le hace señas al peluquero de que le está haciendo una marca en el cabello con el cepillo mientras le hace el brushing.

Irma:
No me olvido más el día que volví de meditación y me encuentré al Quito boca a bajo… Estaba en el comedor, tiradito como un pobre santo. Al lado, la pecera llena de pececitos, no me olvido más, esos pececitos moviéndose como si no pasara nada… Después de eso los tiré a la mierda, por el inodoro (Ríe). ¿Lo viste a Quito? Tiene la cabeza pelada ahora… que locura que tiene. Él es rockero, igual es un dulce de leche. Yo lo escucho a las 7 de la mañana, dele que te dele con la guitarra… por eso le digo que es como un albañil… por lo madrugador. A mí me encantaría ser su manager, yo me muero de ganas… Salir de gira, ir a hoteles del interior, prepararle la ropa para el show. El otro día fui con Patricia a verlo, se los escucha tan lindo… tocaron el la paternal, el 112 me dejó en la puerta. Yo me arreglé, me le caí bien peinada, bien arreglada, estuve como tres horas. Por suerte la Patri me acompañó, que santa. Cuando llegamos, un frío de cagarse… pero bueno, llegué me pedí una cerveza y le compré otra a Patri por la gentileza de acompañarme. Después estaba chocha, escuchamos música, en un momento bailé (Ríe). No pienses que estaba en pedo, no, no… De joven me lo permitía, pero ahora no. Tengo un hijo.

El sonido del secador se volvió más furioso. Irma siguió hablando. Pero yo sentí que era suficiente. Guardé el cuaderno. Guardé la lapicera. Me puse los walk-man y esperé a que me corten el pelo.



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