Ojos rojos, ojos rojos.
por Verónica R.
Me levanté a los tumbos a tomar un vaso de agua…
caminé con las luces apagadas.
No encontré la heladera y volví a la cama…
Me dormí mirando un reflejo monstruoso en la ventana…
Divagué…
divagué como nunca antes había divagado…
En ese viaje nocturno me despertaba maquillada,
con los ojos rojos…
Sí, rojos…
como si fuera una especie de serpiente o culebra…
No me daba vergüenza nada.
Yo caminaba por la oscuridad,
con esas pupilas rojas me dejaban ver todo.
Tal vez,
me tomaba un vaso de soda
y después volvía a la cama.
Tal vez,
en la mitad de la noche,
iba al baño
y me miraba al espejo en la oscuridad
y bailaba como una sonsa sin pensar en nada más que en eso.
caminé con las luces apagadas.
No encontré la heladera y volví a la cama…
Me dormí mirando un reflejo monstruoso en la ventana…
Divagué…
divagué como nunca antes había divagado…
En ese viaje nocturno me despertaba maquillada,
con los ojos rojos…
Sí, rojos…
como si fuera una especie de serpiente o culebra…
No me daba vergüenza nada.
Yo caminaba por la oscuridad,
con esas pupilas rojas me dejaban ver todo.
Tal vez,
me tomaba un vaso de soda
y después volvía a la cama.
Tal vez,
en la mitad de la noche,
iba al baño
y me miraba al espejo en la oscuridad
y bailaba como una sonsa sin pensar en nada más que en eso.
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