María Julia + Futura estrella Política

María Julia es una mujer independiente, bien de la capital de Buenos Aires. Ama a su Villa Lugano tanto como a sus hijos. Está orgullosa de vivir a pasos de la Plaza Democracia… “Siempre que grito a mis hijos, camino hacia la plaza democracia, tomo aire fresco y miro el verde de los árboles… En ese instante descubro que me comporté como una salvaje, entonces vuelvo a casa y les pido disculpas a mis hijos. Alguien que necesita el “Grito” para educar no es una buena madre, es una dictadora”- dice.


Con ese tipo de actos, María Julia, ectifica que es una buena madre. Sus hijos: Verónica e Ignacio, la quieren mucho. Ella se ve débil, se cuida demasiado en las comidas.


Es una mujer enamorada de las buenas costumbres y de los cocktails, ama usar sombreros por la tarde, “por más que ya no estén de moda” – me dice apenada. Ella es una dama educada, y todos lo saben. Algunos piensan que es muy fina para vivir en Villa Lugano, pero ella siente al barrio más que nadie… lo siente en la venas y está harta de que la gente piense de que ella la juega de distinguida. Igualmente, lo que en realidad ama Julia es la política… el debate.


Hace un mes decidió abrir su propio partido político… es un proyecto por el momento. “Mi nueva faceta política me mantiene entretenida, se que va a suceder algo grande con mis ideas, lo se, por eso me preparo con todo para éste gran desafío. Igualmente voy de a poco, se que el viaje es largo” – dice sin cobardía y agrega: “No diría jamás mi partido político de origen, el voto es secreto, algunos de esos electos que están sentados en las bancas con vasos de whisky en sus manos me avergüenzan, yo no tranzo con nadie, no tengo necesidad y no me siento identificada en un 100% con ningún sujeto de la política, por eso estoy con ésta idea de aportar una nueva mirada al ámbito político, soy débil por fuera, pero muy fuerte por dentro”.


Mientras prepara su candidatura, ensaya discursos (de otros políticos) frente al espejo con el radiograbador de su escaparate en la opción Rec. Intenta ser sobria en su voz, firme, pero sin perder cierta dulzura que la caracteriza al hablar… “No quiero perder ese aspecto maternal” – aclara.


*El discurso lo recortó del diario La Nación y es el relatado por la Presidenta el 25 de Mayo de 2010 en conmemoración por los 200 años de la revolución que inauguró el camino hacia la Independencia Argentina.


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